De: La Frikipedia, la enciclopedia extremadamente seria.
Hay frikipedistas que creen que este artículo debería ser fusionado con Frikilibro:Caperucita Coja. |
---|
En su colegio existía un grupo de niños expertos en mobbing, que decidieron tomarla con él. En primer lugar empezaron a llamarle caperucita, porque llevaba siempre puesto el gorro de chubasquero. Pero gracias a Dios, estos perversos niños se cansaron, decidieron dejar de llamarle así y pegarle una paliza.
Pasó 9 meses en el hospital. Tras varias operaciones a vida o muerte, finalmente quedó con la pierna izquierda más corta que la derecha, ya que el médico se dejó la rótula fuera antes de cerrar.
Al volver al colegio, los malos de este cuento empezaron a llamarle caperucita coja. Como además de súper malos, eran unos excelentes hackers, consiguieron meter un troyano en la cabeza de todos los habitantes del pueblo, para que pensaran que Francisco María (se llamaba en realidad caperucita coja), era rojo y que en el pasado se dedicaba a la prostitución.
Los padres de Caperucita Coja poseían una empresa de fabricación de quesos con leche de pato. Y Caperucita Coja era el encargado de hacer los repartos para el extrarradio, pues nadie del pueblo se atrevía a atravesar el bosque, por mucho dinero que le pagasen. CC se había ganado este trabajo por haberse dedicado a la prostitución en el pasado sin pagar un mísero lero a sus padres y, como hijo responsable que era, no podía rechazar un castigo.
Pasaban los días y las semanas, doble C conseguía regresar de sus encargos sin más daño que algunos rasguños. Sin embargo, aquella mañana CC se había despertado sudando y con toda la cama pringada. Recordaba un bonito sueño en el que… (esta parte está censurada por ser un cuento para niños). Pero poco después se acordó de otro sueño que había tenido después. Se había visto a sí mismo enterrado bajo tierra y rodeado de latas de atún. También recordaba, que antes de eso, su madre le había dado una hostia por ponerse las bragas por encima de la ropa.
Para ver si el sueño era real, CC se puso las bragas por encima de la ropa y fue a ver a su madre. Su madre le dio tal hostia que le puso la cara del revés, y CC comenzó a asustarse, porque todo empezaba como en su sueño. Pero no pudo negarse a llevar el encargo de la Sr. Abuela García.
La nenaza de Caperucita coja se puso su chubasquero rosa, sus zapatitos rosas y fue hacia su bici rosa. Tras gritrar - ¡Aaaaah! ¡Una mariquita en mi sillín! - salió corriendo como alma que lleva el Tungsteno a pedirle ayuda a su madre. Su madre la cogió de los pelos y le hizo tragarse la mariquita. Como todos estos datos son innecesarios para la historia, pasaremos directamente al momento en el que Caperucita coja se encuentra con el topo.
Caperucita se encontraba en medio del bosque arrastrando su bici, ya que tras caer por la cuesta de la muerte había quedado un poco hecha polvo. Entonces notó que algo le mordía la pierna - ¡Aaaaah! - exclamó. Entonces el agresor dejó de morderla.
- ¿Que hace usted, sr. Topo?- dijo Caperucita coja, más coja aún si cabe.
- Es interesante que le hables a un topo. De hecho debes estar un poco loco. Pero por suerte para ti, soy el Topo Malo, conocido en todo el bosque por haber hecho un trato con el Diablo para poder dominar el mundo. Pero el muy cabrón, se limitó a darme el poder de hablar y me dijo que tendría que entrar en política si quería terminar mi objetivo. Y aquí me tienes. Un puto topo que habla. En el puto bosque porque no tengo ni coche, ni dinero ni nada para salir de aquí. Ni dinero para ir en transporte público tengo.
El Topo Malo le metió otro bocado a Caperucita coja porque, no sólo se había dormido, sino que había empezado a roncar. - Y ¿a dónde vas? - dijo D. Topo Malo
- Pues voy a casa de la Sra. Abuela a llevarle queso, tabaco y unos tampones.
El topo vio la ocasión perfecta para empezar a llevar su misión, de conquistar el mundo, a buen fin. Todo el mundo sabía que la Sra. Abuela tenía más dinero que pelos en la nariz. Además poseía un tanque blindando, de cuando estuvo en el ejército. Y ahora tenía delante a un inocente niño que sería su billete de entrada a la casa de esta muchimillonaria.
- Caperucita coja (el topo conocía su nombre porque el troyano había infectado a todo bicho viviente de la zona en 2.000 Km. a la cuadrada), ¿podrías dejarme tu chubasquero? soy un topo viejo y la humedad de esta zona me está matando. Además, podrías llevarte las cosas en esta bolsa del Carrefour y dejarme a mi tu cesta. Porque se que eres bueno y no puedes decirle a nadie que no.
Efectivamente Caperucita coja tenía un defecto congénito de nacimiento que no le permitía poner la boca en la posición necesaria para pronunciar un "no". No pudo negarse.
El topo malo cogió su vespino (con la vespino no puedes dominar el mundo, no empecemos ya a buscar fallos de guión) y se plantó en menos de 2 min. en la puerta de mansión de la Sr. Abuela. Con el chubasquero rosa, nunca sospecharía de él. Llamó a la puerta y esperó. Al poco rato apareció por la puerta la sr. Abuela. El topo malo no pudo evitar que se le cayera la baba. La sra. Abuela estaba más buena que las tapas y la cerveza juntas. Aparentaba unos 29 años y tenía una delantera y un culo que ya los quisiera Caperucita coja (pensó el topo malo mientras se reía maliciosamente). Por un momento dudó si no se arrepentiría de hacer lo que iba a hacer. Pero menos de un segundo después, se dio cuenta de que siempre podía recurrir a la necrofilia. Así que sacó la recortada y le metió un tiro entre las dos cejas y la dejó lista para el forense.
Varias horas después llegó Caperucita coja a casa de la sra. Abuela. En ese momento el topo le estaba dando por culo dando fuerte a la sra. Abuela, y en 5 minutos se puso su ropa y se reparo. Llamó al ding dong y espero con paciencia. Se abrió la puerta hacia fuera bruscamente, y le pegó en todas las narices. Tras levantarse, Caperucita coja miró a la sra. Abuela. Parece que los rumores eran ciertos y la sra. Abuela estaba hecha polvo por el consumo de drojas. Era increíble lo mucho que había encogido.
- Buenas tardes, sra. Abuela - dijo Caperucita coja intentando contener su cara de asco.
- Hola Caperucita coja, hoy te veo más coja que nunca.
Caperucita coja decidió que si la muy puta podía ser tan zorra como para hacerle ver su defecto, ella no lo sería menos. - Si. Y usted... ¡Qué tetas más pequeñas tienes! - dijo Caperucita coja con sonrisa malévola.
- Oh sí, son para que entren en las manos de mi novio.
- Y cuantos pelos tiene en las piernas. - comentó la perra de Caperucita coja.
- Es que estoy pendiente de hacerme la depilación láser, y para eso tengo que dejármelos crecer.
- Y qué dientes más sucios tienes.
- ¡Oye, cacho guarra! Ya me estás tocando los cojones.
Entonces la sr. Abuelita, que en realidad era el topo malo (por si alguien no se ha dado cuenta aún), saltó al tobillo de Caperucita coja y empezó a morder sobre mordido.
De pronto entró un cazador por la venta. Con algunos cristales clavados en la cara y en otras zonas más indecentes, se lanzó contra el topo malo asestándoles 30 hachazos repartidos lo largo de su cuerpo. La sangre salpicó toda la casa, y en el descontrol, también se llevó por delante una pierna y brazo de caperucita. Pero lo que fue un puto grave error fue cargarse al topo, porque en realidad no era un topo, si no un wombat un poco (muy) feo.
Caperucita coja, super asustada por no saber a cuento de que venía esto, cogió un jarrón y se lo estampó en la cabeza. Como su única arma era una aguja de coser, tras 1.342.901 agujadas, y cuando estaba ya apunto de matarle entraron 100.000 wombats y se cargaron a caperucita coja y al cazador fumata. Y todos fueron mutilados y les comieron las entrañas.
FIN
Autor(es):